Todos los años, desde noviembre hasta febrero, nos vemos en la necesidad de realizar la poda de aquellos ejemplares de nuestro pequeño jardín botánico que, por su porte, pueden provocar problemas, bien porque interfieren con algún cable del tendido eléctrico, bien porque restan luz al edificio o porque dificultan el aparcamiento al introducirse hacia las calzadas...
Es una labor pesada que no nos agrada porque pensamos que cada especie debe tener el porte que le corresponda por sus características, pero no nos queda otro remedio que abordar esta tarea, dado el tamaño reducido de nuestras parcelas.
De todas formas, tratamos de dañar lo menos posible a las especies, y utilizamos siempre un cicatrizante fungicida para tratar las heridas.
En esta tarea colabora, año tras año, el alumnado de Botánica Aplicada de 4º, como puede verse en la imagen.
En esta tarea colabora, año tras año, el alumnado de Botánica Aplicada de 4º, como puede verse en la imagen.
Pilar Fernández Areces, IES José del Campo (Ampuero)
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